En la rubrica analizada, el autor se focaliza excesivamente, a mi modo de ver, en planos meramente estructurales como temas ortográficos, coherencia de contenidos, organización de estos y similares.
Dejando de lado el primero de los apartados, en el que se menciona la necesidad de reflexión sobre los resultados y logros de aprendizaje conseguidos, el resto supone un desglose muy simple y superficial de lo que supone el verdadero valor de esta herramienta.
Aspectos tan importantes en nuestra labor como temporalización de contenidos, dificultad de desarrollo de tareas prácticas o gestión de problemáticas de comportamiento/actitud creo, bajo mi opinión, que deberían ser parte integrante y valorativa del portfolio. Muy a menudo, estos últimos aspectos operan como elementos muy influyentes al plantear como se afronta un nuevo curso o como se gestiona un determinado grupo de alumnos con idiosincrasia similar a otros de anteriores años.
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